top of page

" A P R E N D I Z   D E   P O E T A "

José Julián Frontal Martos.

 

 

“A mi madre por la que sin ella no estaría disfrutando de escribir

y a mi padre por ser como ha sido, a toda la gente que ha pasado por mi trocito de vida”.

 

 

“Me conformo cuando me veo en el espejo antes de echar de menos lo que no tengo.”

                                             

                      “El ser diferente no me hace ser distinto ni indiferente...” 

 

 

Aprendiz de poeta:

 

Un catorce de Febrero
por un desamor infundado diome por escribir
y hasta aquí he llegado.
Soy consciente de lo que hago mi cabeza me pide más
y los dedos de mi mano conspiran
se revelan
se mueven hacia ambos lados. Así yo espanto mis pesares. Horas sin dormir
de las ganas de escribir

 

como si se me escapara,
se me llevara
la vida por el acantilado. No se si lo hago bien
pero si has leído hasta aquí me doy por satisfecho, creo en mi intuición

y sé cuando sí o no
está bien hecho.
Y siento mi alma algo inquieta diciéndome:
-”Sigue escribiendo
aprendiz de poeta”

 

 

Morfeo:

 

A ti me entrego
¡Oh Morfeo! Recógeme en tus brazos, hazme morir
un poco más
como cada noche. Hazme desaparecer contigo. Ahoga mi llanto
mi queja
mi grito
mi risa.
Sólo tú me conoces
y me asfixias

 

Aliento:

 

Qué poco queda amor mío
para juntar nuestro aliento. Robar tu boca pellizcar tus labios, saborear tus besos mudos.
Tu mirada ciega
al cerrar tus ojos cuando te juntas conmigo “Sueña, sueña."

 

 

Duele:

 

Y me asomé al balcón
para verle otra vez.
Con su maleta gris
se marchaba como perdido, como un pájaro

recién salido del nido. Duele.

Tan distinto

de como vino la primera vez.

Duele.

 

Duele

Cuando se entrega, se ama
se tira al vacío,
el tiempo te calla te corta las alas. Duele.

Siempre digo
que ser diferente
no me hace ser distinto ni indiferente,
ahora menos,
me duele.

 

La impotencia
de no poder controlar
la fuerza con la que te aman, no poder responder tanto
o más de lo recibido,
duele.

Seguiré colgando con esperanza las llaves, esperando

que algún día vengan y vayan
de la misma mano, para siempre.

 

Mi voz, mi sueño:

 

Vivo para soñar cantando canto para seguir viviendo vivo para continuar luchando lucho para no seguir sufriendo.

Trabajo para esculpir mi voz que es lo que me va naciendo y trato de madurarla como mi madre
acunó mi anhelo.

Aunque me maten tantas veces y no me dejen demostrar
lo que puedo,
nunca caeré al vacío seguiré insistiendo, porque me matan tan mal que aún sigo vivo, todavía
no estoy muerto.

 

 

Querido enemigo mío:

 

Querido enemigo mío cuanto más te conozco más me acostumbro a ti.

Son tantos años contigo que no sé si podría vivir sin ti.

Por eso te dedico estas líneas, darte las gracias dedicarte este premio
a tu paciencia y constancia.

No creo que hayas conseguido nada de mí
pero yo de ti lo vivido.

Mil gracias por estar ahí,
te acepto, querido enemigo mío.

 

Guapo:

 

Guapo por dentro,
guapa tu risa,
tu mirada,
guapo el azúcar
que empapa tus labios. Guapo tu aire divino y tu terciopelo. Guapas tus manos

tus mejillas, tus piernas, guapo tu baile y tu aire.
Guapo cuando respiras,

cuando piensas en mí
y cuando me echas de menos. Si dices que no eres guapo,
yo te veo siempre en mis sueños.

A todos esos guapos que no saben que lo son.

 

 

 

La Rosa

Si pudieras sentir
lo que yo siento
o tal vez pensar como yo pienso...
La Rosa acababa de florecer y
se abría por primera vez.
Por ser la más hermosa
que ojos hallasen
visto jamás, sabe que será arrancada de la tierra que le dio la vida.

Apenas la vi abierta

cuando fue troncada
por unas poderosas tenazas.

Amenazada sin poder verla tantas veces como yo quisiera.
En todo su esplendor,
con el tallo fuerte

agarrado con poderosas raíces, sujeta al suelo
enmarañándose
en lo más profundo de la tierra.

 

¡Sube!:


Bandera del amor
donde nada ni nadie
pueda perturbar
tal semejante
armonía de hermosura.
Pero las tenazas del destino
no se deja influenciar
por esa hermosa
y apasionada Rosa
llamada “Amor”.
Pronto será cortada y recogida.
Llevar su corta ilusión,
su hermosura a otro lado
donde habrá más Rosas tal vez
como ella...


¡Ay! si pudieras sentir lo que yo siento... Triste se queda el Amor
la desdicha apasionada se cubrió
y sin vacilar quedó seca...

 

Aunque en un frasco pequeño más pequeño que tú y que yo quedaron unas gotas
de su fragancia perfumada llamada “Esperanza”.

 

Por más lejos que yo esté llevaré mi voz y su aroma, triunfante.
En ese frasco pequeño, tan pequeño

como tú y yo.

Pero el aroma se acaba
estaré otra vez solo...
tal vez...

con mi pobre voz.

Cadalso de los Vidrios 10-10-1997.

 

 

 

Quiéreme:

 

Quiéreme aunque duela.
Abrázame hasta romperme los huesos. Déjame ciego con tu mirada, arrástrame con tus manos,
bloquea tus labios con los míos.

18 Ámame hasta que muera... Pero por favor:

“Alíviame de este peso aunque duela, tan solo un beso”.

 

Esencia:

 

Cuando no se conoce
a quien está al otro lado
te vuelves cómplice.
Mis dedos acarician el teclado
como si estuvieras abrazándome.
Un halo misterioso recorre mi cuerpo me hace sentir la causa de tu hechizo. En un aura de calma
me transformo
en tu esencia del alma.

 

Dejaré de olvidarte:

 

El día que arda el mar llueva arena
los arboles lloren
la tristeza ría

el desierto sea espuma de ola la agonía no se resista
y las hojas
sean lágrimas de risa...

dejaré de olvidarte.

 

¡Me gusta!:

 

Que te guste me gusta.
Que te emociones
con mis oraciones.
Que se empapen tus ojos
cuando hechizo tu alma.
Cuando se encoje tu corazón 19 y se afloran tus sentimientos

al pegar tus labios,
y cuando tus cosquillas te hacen reír cual niño saboreando tu cielo. ¡Me gusta!

 

 

 

De:

 

De la forma como yo te amo nadie te va a amar.
De la forma
en la que te respiro,

de la que te bebo de la que te vivo. Sintiendo mis dedos como te acarician

 y se pierden en tu calor,

fundiéndose
en espasmos de amor
y dicha.
Tu queja junto a la mía, una vez más se acarician.

 

Que tarde:

 

Que tarde llegaron tus labios, cuando ya cerré
la puerta de mis deseos.
Puse tres llaves a mi armadura, oxidada tengo el alma

y ciega mi risa.
Aunque pases a mi lado aunque te lances en gritos, cerraré los ojos
para no dormir,
esperando mi alivio.

 

¡Ay pena!:

 

Paco:

Pero que pena tiene esa pena que como la risa
se sirve en manga de camisa, con la cara susia y bien plantá, los brasos en jarra

y quiere entrá sin anunsía

Viene, me toca por detrá

me llora,.

Yo le digo: - Ay que pena penita pena,  pobresita...

-¿Y a tí cómo te llaman bonita?-

Soleá:

-Soleá 

 

Paco:

-¡Ja ja!- Qu’as llegáo tarde...
Que ya me hice amigo de la risa y m’ha tomao de la mano. 

 

Solea:

-‘Enga’ hombre...
-¡dame una oportuniá! -Que tan solo he matáo hoy a unos pocos
con mi amarga risa
y te vi tan felí...
qu’as llamáo mi atensión.

Paco:

-¡Ay!¡que pesá!
-¡Que me dé-he!
-‘Veste’ por onde has venío que te pego una patá
que te deho sin sentío -‘A-sin-que’,
‘yas tas’ tardando ¡Soleá!...

 

 

Por si algún día:

 

Por si algún día
llegas a conocerme
amigo,
amado
amante,
te reservo
el otro lado de la cama,
de la mesa,
un hueco en mi almohada
y lo más profundo
de mi ser,
de mis caricias,
de mi sonrisa.
Si vienes
no perdamos tiempo,
que tengo tanto que darte
que se me escapa
en el vacío seco
el ansia de querer estar contigo. Abrazarte
como la brisa abraza al mar
y a las hojas de mis brazos... Ven y no tardes.

 

Pensamiento:

 

Con que zozobra elucubran mis pensamientos

divagándose de un lado a otro con la fuerza del viento.

Dudando cada vez

por dónde llegar o por dónde seguir,
no quedándose quieto ni por un momento.

 

 

7 de Agosto:

 

Un siete de Agosto con la Luna en Leo
nacía la madre
que en su vientre

nos tuvo
y nos amamantó
con su pecho.
La casualidad a querido
que en esta misma calle
donde tienen viejos recuerdos celebremos el día
de tu alumbramiento.
Por otra parte
agradecer a la abuela María
el que te haya parido,
porque de no ser así
todas estas personas
y las que no están o no han venido no estaríamos ahora contigo.

Cuando llegaste a Cadalso
con tu carita risueña...
Mata de pelo llegada hasta el suelo.

Gallarda, tus manos alelíes tus uñas nácar
mujer de tronío.
Voz de terciopelo

de un andaluz
que aún a veces se escapa... Tez morena moruna... Gitana.
Tú sin saber tienes arte
así lo demuestro yo,
¡Gracias por mi parte!
¡Si hasta cantabas
cuando hacías las camas! También a nuestro padre que puso su granito de arena como la tía Juana
nuestra otra abuela.
Tu Javielito también nos guía fruto primero
de tu primera barriga.

 

Tampoco podía faltar
la sangre andaluza
que desde arriba te cantan
por alegrías
desde lo más alto del cielo. Millones de besos
a una buena mujer,
esposa, madre y abuela.
Que Dios siga alumbrando nuestras vidas
y a la tuya
de más tiempo,
para gozar con salud
y sin tanto desaliento.
Un brindis
miles de besos
a una querida madre;
Higínia de la Santísima Trinidad

Martos Monsalve.

Madrid. 6 de Agosto 2009.

 

 

 

La eterna despedida:

 

(A mi padre Julián Javier Frontal)

Triste despedida es
cuando la eternidad te llama. Adiós caprichoso de agonía
sin vuelta atrás
de una vela que se apaga.
Entre mi pecho,
con mis brazos
yo te cubro y te vas sin prisa. Ahora el sufrimiento se armoniza en tu descanso.
Tus ojos me reflejan el cansancio de toda una vida.
Tu piel ya gastada, tu cuerpo testigo de un largo recorrido.
Te doy las gracias por esperarme y poder estar contigo
en tu despedida,
sintiendo el suspiro
del padre que me dio la vida.

 

Mi Ángel:

A mi querida Ángeles Blancas Gulín

 

Fuente de inspiración es lo que eres. Musa para poetas

pintores y compositores.
Tu cuerpo de violonchelo

entrelazan las notas que el pintor abrocha en su lienzo.
Del poeta haces letras
por tu aura pura perpetua.

Risa de perlas y boca grande.
Con tu voz el público delira
aplaude de lo que de tu garganta suspira. Se morirán de envidia
Verdi, Mozart, Machado
Lorca y Velázquez,
el no haberte conocido,
para ensalzar sus obras
y darles más prestigio.
Tú, solo tú mi Ángel:
Mil veces para amarte
en mis sueños entre nubes blancas.

 

Alma desnuda inquieta, vibrante.
Tú, solo tú
eres el estado puro del arte.

Praga. Agosto. 2009

 

 

Las manos de tu piano:

 

Como raíces ligeras
fluyen las manos de tu piano, agarrándose a la tierra
y parecer estar en el cielo.

Hasta las vísceras entregas cuando por tus dedos desafías y sin aliento nos dejas.

28 La queja de tu balada
nos consume y nos perpleja.

El sabor de tu nocturno,
nos embruja hasta el más allá aún estando en este mundo.

Las manos de tu piano son sutiles y ligeras, pareciendo de fina cera. Se transforman

en martillo te tornas, elegante y veleta.

 

Doy gracias a esta vida que se queda después de este soplo de aliento, sacando lo mejor de mí
cambiando en tus pensamientos.

Cuando te escucho lágrimas de placer sin precio estipulado
estallan por las manos de tu piano. Por favor,

no me prives nunca de ese talento ni de tu corazón.

 

 

¡Por Dios!:

 

Por Dios que alguien me quite estas ganas de amar,

de besar al vacío, de creer que detrás de esa puerta estás tú.


Mirar un trozo de papel en blanco y no tener a quien dedicarle el día.

Retratos sin pintura, la cama ancha y sábanas que esperan a estrenar.
Un patio blanco, con una mesita y dos tazas,

el azúcar apunto de perder como yo, la dulzura.

Compartir mi paraíso y el lienzo de mis besos, el laberinto de mis brazos.

Alguien que riegue las plantas cuando yo no esté,

que vaya al super cuando yo no pueda,

que saque al perro y lo lleve al veterinario.

Uno es muy poeta, pero también práctico y sencillo.

 

El Acordeonista:

 

Se escucha una música que acapara mi atención.

Abro la ventana, el acordeonista toca a Piazzola.

Mientras en mi habitación y pensando en ti, me quedo sólo.

La música suena frenética con desespero.
Me recuerda a ti y a mí, por las ganas de amar
que tengo.
Me dejo llevar a ritmo de tango arrabalero,
desgarrado.
La fuerza de sus manos balancea como olas
en abanico, acabando en piano.

Nadie le aplaude, nadie le escucha, sólo yo
desde el balcón.
Pero su canción no fue en vano, yo te aplaudo
y te admiro.
Me inspiras y con mis versos te recibo, al igual
que al amor que yo pronto espero.

 

 

 

La vela:

Aun con la luz
de una pequeña vela
puedo ver su gran esplendor. Su mano se despista por debajo de la pequeña mesa del bar, acercándose tímidamente como un susurro
hasta encontrarse con la mía, reconociendo
un suave tacto.
La mirada furtiva de mi corazón se acelera,
mi sangre se vuelve fuego
y la lluvia
apaga la vela
con nuestros propios deseos.

 

Quisiera:

Quisiera dar un grito mudo para que se oiga mi voz. Arrancar de mi garganta
ya gastada

lo que me viene en gana o mi desesperación. Cuatro manos
me cubren la boca,

me tiñen de rojo
me mueven a su antojo
y no puedo hablar,
sólo callar.
Esperar a que no pase nada mi boca está sellada
y con ella mi voz.

 

Camicace:

A loco cruzando sin mirar, sin frenos,
semáforo en rojo,
en sentido contrario, Camicace temerario.

Del revés sin paracaídas ni red
me estamparía contra el cielo de tu boca. Mi lengua se vuelve loca
apagando mí sed.

 

Noche de tormenta:

Como en una noche de tormenta
me pillas de improviso.
Tu abrazo me envuelve como el trueno.
Tus labios me atrapan a la velocidad del rayo.
No dejas que me mueva hasta que pase la tormenta.

Pasó el tiempo y no nos dimos cuenta.

 

Noche de Noviembre:

 

Media noche de Noviembre ya casi entre sueños
me despierto y te veo. Amor ¿Eres tú?

Háblame y dime que es verdad, que estás ahí.
Oigo un susurro de brisa,

 tu sonrisa pareciera
que acariciara mi cuerpo.

El halo de tu vaho
se confunde con mi aliento,
El pelo rizo que cae de tu cuello eternizan mis besos sin el ya desaliento.

Despechada mi ignorancia
que te creía haber muerto.

 

¡Pero un momento!...
Estás frío, como el témpano
¿Qué le pasa a tu sangre
que de ella no siento el riego y marchita tu sexo?

Tus manos de mármol
arañan mi cuerpo.


Amor mío ¿Eres paradoja
que atrae el tiempo?
No te reflejo en el espejo.
Tu mirada está perdida,
intento tocarte y no puedo.
¿Eres el fantasma, la agonía de no verte muerto? Mi quimera de no poder tenerte en vida
y sin embargo te muero.

 

 

Noches de amantes:

 

Noche de amantes susurros en celo, cuerpos desnudos se rozan el cielo.

Labios ardientes manos inquietas, cosquillas de amor y gemidos en flor.

Truenos frenados espuma de ola.
Pies fríos, corazones calientes.

Lava incandescente oigo pasar

por cada habitación, donde yo sólo acompaño testigo de tanto amor.

 

Bailar desnudo:

 

Pisando el terrazo mojado,
desnudo y bañado por la lluvia de la tormenta.
Mi cuerpo se pelea, el agua baja y se pasea por lo
que es todo mi cuerpo, que exuberado se lamenta.
No estoy solo, las pequeñas hojas de la maceta
bailan con el viento como una veleta.
Estamos los dos y nos movemos al compás de un
tres por cuatro, acompasado por respirar pausado 35 y lento.

 

 

 

Manos de nieve:

 

Desde el acantilado vences al miedo, sujetando con elegancia y porte a tu bailarina. Contoneas el cuerpo seguro de tu esfinge agarrando sutilmente y acariciando su pelo.

Las olas de tus manos provocan un tornado
que no acaba.
Lanzando con desafío las flechas de sus notas de plata.

El sonido de la esfinge caprichosa le acaricia,
le envuelve deseosa, extasiando al bailarín,
haciendo morder de su manzana entregándose sin fin.

 

Manos de nieve que enfrían
y abrasan al poeta,
dejándole desnudo vacilando cual cometa,

que como una veleta revienta con un grito en papel con aroma a Jazmín.

 

Mala sangre:

 

Hay que tener mala sangre pa poder estar contigo.

Fatiguitas me das
y hasta pierdo er sentio

Ni el derecho a roce tengo
y en la cocina me escondes,
entre cacharros yo me entretengo. Y si es tarde de fútbol
ya me enveneno.


Pero lo que tú no sabes,

es cuando yo me envuelvo en tulipanes en perfumes de azahares.

Se me alargan las pestañas mis ojos se vuelven alelíes, mis uñas nácar.
De telaraña mis cabellos de hojarasca ahora son

cascadas de odalisca.

 

 

Mis manos encalladas son sutiles dedos
en filigranas de plata.

¡Ama de su casa, sí! Pero Reina,

Diosa, me vuelvo caprichosa
y tú mirando el fútbol desapercibido,
invisible, idiota...
Por suerte tengo quien me mire, quien se fije, esa soy yo,
la que ama y no se aflige.

 

Desde el balcón:

 

Desde el balcón de tu sonrisa se divisa el aire a romero
Yo me lavo como el gato esperando ese beso ventolero “pa” agarrarte y quererte, volverme nata en tus senos chocolate en tus labios y salvia en tu cielo.

Te veo llegar por la longa
carretera, angosto camino que nos libera. Desde el balcón de tu sonrisa
te diviso, te ansío, te deseo.

 

La espera:

 

Tengo que esperar a mañana y está tan lejos
que una noche más
se me hace eterna.

Cerrado en mi isla de asfalto aguantaré el volver a verte impaciente.
Sólo el cielo nos tapa con el ardor que mi corazón resiente.

 

No me gustaría:

ser lo que soy

Ser impasible con todos y todo,
no sufrir ni ser abogado de imposibles, Traicionar mis virtudes
y alardear de mis defectos.
Jugar con mi propio yugo,
beber de mi sangre seca.
Reírme de mi futuro
y de los besos que nunca vinieron. Vomitar los espasmos decrépitos
del amor que no regresa.

Me reiré de mi muerte,
de todos y de todo cuando ya no esté,

y aun así, me reiré de ti.
Quiero ser malo, un monstruo, pero... ¿Dónde se estudia? ¿O tal vez se nace? Dime, que no quiero sufrir más... Seguro... Seguro que tú lo sabes...
Sácame de esta prisión que me marchita prisionero de ilusión
de un sueño que se revela y arde.

 

¡SE COLGÓ!:

ME DECÍA QUE SI NO LE QUERÍA SE COLGARÍA. ERA TAN COBARDE QUE SE COLGÓ
DE LA TELA DE UNA ARAÑA
PARA ASÍ NO MATARSE,

QUE CON TAN MALA PATA LA TELA SE ROMPIÓ Y ÉL...

SE DESNUCÓ.

 

No hace falta:

 

No hace falta estar ciego para no querer ver, ni sordo para no querer oír.
No hace falta gritar para callar.
No hace falta subir a un árbol

para ver sus brazos de cerca,
ni subir al monte más alto
para tocar el cielo.
No hace falta estar al lado del mar

para sentir su brisa.
Sólo hace falta un amigo

que vea por ti cuando tú no veas. Otro que te escuche
aunque estés callado,
otro que te eleve

cuando en el suelo seas...
Y el otro eres tú.
No me hace falta más, para ser dichoso.

 

Me echo de menos:

 

Hace tanto tiempo que no me enamoro
que ya no sé si me acuerdo, si quiero o no quiero. Me echo de menos cuando suspiraba al viento. Cuando sentía llegar al amor, tragaba saliva
me quedaba boquiabierto.
Cuando naufragaba en el hueco de tus manos
se escurrían en las sombras por el arroyuelo. Ahora como la flor sin aroma
dueño de mi silencio,
me echo de menos...

 

Noche mística:

 

En la noche más corta caricias del viento embelesan mi cuerpo. Tu brisa húmeda

hace que te sienta cerca
aun estando lejos.
Sintiendo el vaho de tu boca como trasciende en mi lecho,

rozando mi piel con sábanas de miel

tus labios recorren mi cielo.
La noche mística ya se esconde y con tu aroma despierto.
Ya sé que todo fue una mentira que esto no es cierto.

 

En mi cama dormir ya no quiero, me traiciona,
me engaña,
me perturba cada noche esperándome en mis sueños,

diciéndome que lo mío

no es verdad,
que es todo pasajero.
Pero llegará una noche y otro día esperando
a que tus manos
no sean en mis sueños.
Despertar entre tus brazos
clavados junto a mi pecho.

 

Dónde:

 

No quiero morir sin recordar lo que he aprendido.
No quiero hacerme viejo
sin probar

a qué saben tus besos.

No quiero crecer
para perder mi inocencia, no quiero madurar
para perder mi niño.

¿Dónde hay que bajarse
para que no pase todo esto? ¿Dónde está la puerta de salida para que no la cierre
mi desasosiego?

Después de mis gritos, Nacer
Crecer
Morir.

Ahora...
Ahora ya estoy listo.

 

Solo:

¿Por qué si soy persona he de estar solo?
Mi pecho necesita sentimientos profundos, no fugaces.
¿Por qué primero lo prometido
y una vez conseguido nada ya se enardece? Valores y principios, quieren todos lo mismo, mas luego donde digo “Digo” digo Diego.
Mi corazón está cansado de vivir solo reprochándome compañía.
Aquí sigo esperando
a esa persona que me ilumine
lo que me quede de vida.
Si estás ahí...-¡Hazme una señal!

 

Soy Yo:

 

Soy yo el que aguarda por la ventana,

el que te cuida, te cuenta un cuento.

El que mira con paciencia el reloj, calzando un cuarenta y dos.

1'78 de persona y carne
que se pelea por amarte.
Soy a quien le duele la cabeza
por quererte.
El que por una sola mirada,
un solo beso de locura, se vuelve viento.
El que mima, el que baila, 45 quien susurra.
Quien cuando al perro habla,
éste, moviendo la cabeza
intenta comprender
la locura que su amo cuenta.
Soy yo quien muere de hambre
por comerte y de sed, por besarte.

 

 

 

Cuando tú te vas:

(A mi gran amigo Aurelio)

Cuando tú te vas se queda el silencio e irrumpe el vacío,

me quedo roto, pero no estoy solo.

Tu sudor
se queda en mí,
en mi cama
como el rocío
en la mañana en gotas de cariño entre mis sábanas

que hace que estés eternamente a mi lado.

 

¡Ven soledad!
no te tengo miedo

que muy dentro
te acecho sin recelo.
¡Ven a por mí si te atreves!, que aquí te espero.
¡Firme! por el amor que quiero.

 

La primera vez:

 

La primera vez que te veo
y me conquista tu risa,
me cautiva tu mirada limpia.

Me envuelven tus brazos

y el rocío de tus labios
cuando te vas deprisa.
¡Espera un poco más!
Déjame profundizar en tus tiernos ojos. Quiero descubrir

cuán grande es la selva
que llevas dentro, para perderme
en lo más profundo
de tus sentimientos.
Si me das la oportunidad
te reservo lo mejor de mí,
complaciendo tus gestos
en terciopelo.

 

 

La envidia:

 

Si la envidia tuviera ocho patas sería una Araña
si tuviera dos alas
sería una Mosca.

Si la envidia tuviera rabo sería una Rata,
si fuera verde
sería un hierbajo,

si tuviera pico un Buitre.

Si no tuviera patas ni brazos 48 sería una Víbora,
si tuviera plumas

una Gallina,
si tuviera dientes un Jabalí.

 

La envidia, envidia a todos aun teniéndolo todo.
La envidia es una nueva rica que por más

que se vista de Prada
va desnuda y desprovista.
Siempre es ella
la reina en la fiesta,
la muerta en el entierro.
La envidia nunca fue buena
y quien dice envidia sana 49 envidia mala tendrá mañana.”

Dedicada a la envidia personificada.

 

Borracho:

 

Aliado del vino malo cuerpo de alcohol de noventa grados. Piel roja seca,

saco roto de sueños locos, maltratador de muchedumbre, cuerno quemado
¿Quién te entiende?

50 Puta me llamas,
si me levantas la mano

lo juro que te mato.
Ni por tus hijos te cuidas y a mi me suicidas.

Tendido en mis brazos en tu pesadilla
me pides clemencia,
yo como tonta
ahogo mi paciencia.

 

Oportunidades te he dado, bajo consigna te recibo pero...
¿Hasta cuándo?

Pasó el tiempo
y ya muerta en vida escribo esta carta desde el otro lado, en mi tumba fría.
Y tú aún vivo,
con el vino malo por aliado.

 

 

Dime que sí:

 

Dime que sí,
que me echas de menos,
que desde donde estás
ansías mi cielo, mi perfume
entre tus dedos.
Luchemos por lo que ya es nuestro, la guerra ya está ganada.
Si hay Dios que concluya mi arresto, y me de la oportunidad
de enamorarme quizás, una vez más. Tomemos el barco
arriemos las velas,
que los mares se queden secos
y se mueran las penas.

 

Sensación:

 

Esperando a que caiga el día
algo especial va a suceder.
Bonito es cuando se aguarda el encuentro
que incita a la impaciente
levedad del ser.
Cosquillas que recorren el cuerpo
y te hacen sentir
pequeño, niño, cachorro.
Retozando y viviendo el momento 51 cuando por primera vez
se pone en pie.
Su primera comida, su primer beso...
Siento un soplo
en el corazón...
Es como un dolor, una angustia pero ¡uff!
¡Que magnífica sensación!

 

 

 

Luna Turca:

 

Luna Turca Jerezana
sonrisa de Gato,
columpio de mis deseos
con tus sueños me ato.
Por las calles de Jerez yo te miro, me observas, te sigo.

Das leve luz a mi camino

en esta noche especial; 52 Tímida cuna,

cara empolvada ¡Vente conmigo!

Aunque tú no lo sepas en algo nos parecemos Luna de la soledad.

En ti me reflejo
yo voy andando
y cantando
que es mi forma de alumbrar.

Jerez de la Frontera. Abril.2009

 

Calles de Praga:

 

Caminando por las calles empedradas como queriendo ir al cielo,
mis pies se clavan
ante imperiosa catedral.

De los fratricidios la defenestración Praga fue la capital.

Gamas de colores

y con ellas sus olores.
Dvorak y el nuevo mundo
Freud, Kafka, Malher, Mozart
concluyó su Don Giovanni.
Lluvia, rocío, estampa de estío.

Goulash y pasteles acabados en nieves. Litros de cerveza,
turistas en carros y hoteles.
Praga es única y el tiempo se detiene.

Praga. Agosto. 2009

 

Ámsterdam:

 

Venas abiertas en un barrio rojo donde algunas mujeres
venden su antojo.
Perfume a María en las callecitas te llevan a los coffe-shops.

En galletas, magdalenas,
las cabezas se atolondran.
La mente se vuelve frágil
te dejas llevar por la imaginación... Nirvana,

paranoia.
Creer saber quién eres
y casi perder el control. Rembrandt, Van Gogh,
la casa de Anna Frank
se acercan más
a la espiritualidad de la ciudad.

 

Llena de puentes
donde las bicicletas
son las señoras
y tú casi no puedes andar.
Revoltijo de callejones
perdido en más ocasiones
que arenita tiene el mar.
Ámsterdam tiene algo de desastre
se improvisa y se renueva

me sienta bien esta ciudad.

Volveré en cuanto pueda si me dejan, claro está.

Ámsterdam. Agosto. 2009

 

 

El parque:

 

En el banco del parque un suspiro me acecha, Un cruce de miradas mis ojos se clavan

y locuaces su complicidad reclaman...
Me miras,
te observo impasible y delatas mi encuentro. Me sigues con rigor
flaco favor a mis sentimientos.
Mientras tanto en el cielo nubes

y truenos se desnudan testigos de lo nuestro.

Pasando la tormenta
sin apenas darnos cuenta
yo sigo caminando
y si nos vemos, ya nadie se acuerda.

 

El norte:

 

Abriendo las alas al día
dejándome llevar por el viento
que va a mi favor.
Aunque no sepa dónde
está la proa o la popa
y pierda el norte
con tan solo mirar tus ojos.
Me guiaré como el marinero se guía por la Osa mayor.
Si sigo perdido entre tempestades
y huracanes
me agarraré a tu pelo,
a tu tiempo.
Me meteré bien dentro
hasta que pase la tempestad
de tus besos.
Entrará la calma
con el fragor de tu aliento.

 

Abrazos:

 

Los abrazos por la espalda
esos que no te esperas
que parecen traicioneros.
Los que cuando me arrimo
retiro tu cabello y beso tu cuello de seda. Abrazos quietos

abrazos mudos
abrazos que te dejan sin aire
sin habla.
Los que paladean tu cuerpo aunque no vean tu mirada.
Los sinceros, los sutiles
Los abrazos tumbados
entre sábanas de hilo
que a la vez son
los que enlazan
tu miembro con el mío.
Los abrazos maduros y tiernos aquellos perennes
que no los separaría el viento
el hacha o el fuego.
Pero los que más me gustan son cuando me dices:
-“Yo sin tu abrazo no puedo
y me muero”.-

 

Yo y mi ego:

 

Si salgo serio en las fotos
será porque quiero.
Y si dicen que tengo cara de malo están en lo cierto.
Si mi mirada causa morbo
es porque estoy bien hecho.
Si te cautiva mi voz
me querrás tener en tu lecho.
Y es que por más serio que yo parezca Señores: “La risa va por dentro”

 

Tu distancia:

 

Son tantos kilómetros
los que nos separan
y un océano de por medio que casi te tengo cerca aún teniéndote lejos.

Desde aquí puedo oír

tu intensa melodía.

 Toca un poco más fuerte por favor,

junta tu alma con la mía.

Cada nota que tú des me llegará bien dentro. repítelo otra vez,
haz estallar mi corazón.

Verás mi sangre brotar, mi piel erizar
al sentir por tus manos tan sublime canción.

 

Tal vez:

 

¿Te has preguntado por qué ya no canta el Mirlo?

¿El por qué de mis lágrimas secas,
el perro no mueve su cola
ni el caballo galopa?

Tal vez estés sordo,
tal vez estés muerto,
tal vez no quisieras vagar sin aliento.
De tus desdichas
desamparas al aire y al viento 57 El aroma de una flor,
la frescura de mis versos.
Cuando salgas de ese coma
conquistaremos al galope
escuchando al mirlo
y viendo correr al perro.
Mis lágrimas serán risas
cuando te despiertes
de ese sueño.

 

 

Paseando con el tiempo:

 

Por fuerza y sin evitarlo
cuando voy por el camino
me sigue como mi sombra igual que mi destino; el tiempo. Siempre me acompaña

como el perro a su dueño, va unido como
la hoja al árbol
como mi brazo al cuerpo. No depara, no se cansa,

58 es lo que tiene el tiempo.
Se mira al espejo y me ubica que edad tengo. Aunque no lo aparente
aunque no lo sienta,
¡Cómo pasa el tiempo!
Me acompaña
todas las mañanas,
me acostumbro cada vez más.
Cargo a mis hombros
a este amigo solitario ¿Quién sabe hasta cuando? Espero madurar al tiempo,
y con él mi eternidad.

 

Milagro y Guitarra:

(A mi querido amigo Carlos Wernicke)

 

Gracias amigo por el favor que me otorgas, que más que favor es milagro,
lo recordaré y te honra.
Apareciste en mi desesperación y suicidio.

Sin pensar me otorgaste un soplo de vida. Tendiste tu mano,

el brazo de tu guitarra,
tu gaucho corazón
alivió mi alma.
Te pienso, te canto y me sigues,

como el girasol acompañas.

Tus cuerdas galopan en vítores y zardas.

Triste en la canción del olvido,
alegría por Sevillanas.
Lorca se hace más grande

y aparece otro milagro donde va tu guitarra.

 

 

 

Libertad:

 

Para vivir mi libertad
no me hacen falta castillos
de cuatro almenas,
ni oro, manteles de seda,
ni sábanas de satén.
No debería tener precio
ni mujeres en un harem,
ni una isla paradisíaca para mi solo.

60 Tan sólo respirar tu aire, mirar lo que tú miras

comer lo que tú comes, soñar lo que tú sueñas,

tocar lo que tú tocas, beber del mismo vaso.

Compartir tu sed

tus penas
tus alegrías.
No pasar ni un día
sin estar en tus pensamientos

como hoja que lleva el viento cuando el otoño llega.

 

Mi guerra:

 

En la guerra de donde vengo de mi lucha imperecedera

he visto caer a unos cuantos
en batalla campal.
Yo aquí traigo mis brazos rotos,
mis armas ya gastadas, malherido aún vengo.

Jauría de sangre perdida
y sueños rotos.
Mis llagas, con vinagre las calman.
¡Ven a limpiarme las heridas!
Arráncame de esta vida,
que estoy cansado
y vengo tan muerto de amor
que de ver como te pierdo
y tanto te quiero, que no se sustenta
ni aún con todo el valor,
el amar como te amo
y morirme al marcharte sin ningún adiós.

 

En lo divino y humano

Que va a ser de mi
cuando tú me quieras...
Jugaré con la arena
de tu playa, los latidos
de mi corazón me guiarán
hacia tu boca.
Me querrás tanto
que me volveré loco.
Perderé hasta el sombrero
de mi cabeza, mi cielo se quedará sin brillo por la mirada
de tus ojos y me sentiré
borracho de amor,
Volveré a ser el que era,...
mis fotos ya no estarán en blanco y estarás dentro de mi
entre lo divino y lo humano.

 

A solas conmigo:

 

Cuantas veces
a solas con mi soledad...
La noche se hace eterna
cuando la siento a mi lado.
El dolor se vuelve latente en mi oído.
Ella no es guapa ni tampoco fea,
ni alta ni bajita, ni pobre ni rica.
Pero no es tan mala mi querida soledad.
En soledad te deseo,  te escribo, me siento, me miro.
Cuando estoy solo
me pienso, suspiro y me canto,
desvarío.
En soledad hablo conmigo mismo
y hasta me río.
-¡Ay mi querida soledad!
-¿Quieres casarte conmigo?
-¡Vaya!-
-Se ha ido...
Ya ni la soledad quiere comprometerse
conmigo.

 

 

 

Yo he visto llorar a Dios:

 

A la memoria de mi querido y desaparecido Alejandro

 

Yo una vez, vi llorar a Dios....
Le vi tan triste y desconsolado al verme desolado,

y lloró tanto, que llenó ríos y lagos, estanques y arroyuelos.

Tuve que abandonar mi desidia
y prestarle atención.
Él sentía que me había defraudado, como el padre al hijo,

62 como el amo al perro.

Me veía tan solo y descuidado, que sentía culpa de mi agonía.

Yo vi llorar a Dios..
Sus lágrimas eran dulces
y regaban mis raíces.
Pensaba que jamás volvería a creer en él, por su olvido.

Juntando las palmas de sus manos
se rezaba a sí mismo, las apretó tan fuerte, que tierra nacía
para cultivarla en mí.

 

Pero yo jamás podría ser el mismo.
me arrebató lo que más quería,
secando mi sangre y congelando mi alma.

Me quitó de las manos el amor,
el día que decidí susurrarle cuanto le quería...

A Dios omnipotente le imploré gritando,

arrastrándome hasta el altar
y preguntarle el porqué me lo robaba.

Un aliado de “La Muerte” se lo llevó
de forma cruel y sanguinaria con su azada,

destrozando su corazón y con él el mío,

dejando viudo al amor, a la esperanza.

 

Con los años no volví a sentir ni creer en ningún amado...

Seguí hablando con el padre diciéndole:
-Siento tu abandono.

Solo habría una forma de ver esa sonrisa, de volver a ver esa luz,
y el fluir de mis venas, en esa vida...
Dios llorando me preguntó:
-¿Yo qué puedo hacer por ti hijo mío?
-Quiero estar junto a él... Dios... Llévame contigo.

 

Septiembre. 2012 Alejandro fue asesinado en Madrid, en Abril del 1989 .

Su verdugo cumplió mínima condena. Vive en Cádiz y tiene una banda de rock.

 

Marioneta:

 

Tengo los huesos
astillados.
No puedo soportar
el ser más tu pasatiempo.
Me conformas con tus diez minutos
y después ya no estoy en tus pensamientos. Así en tu silencio te declaras

como con derecho abogas
y como juez atañas.
Según tu juicio confianza reclamas.

Con tu ley de embudo sentencias

haciéndome pecador de futuros

estando yo en mi inapetencia.

Quiero ser un plato entrante
no ser un tercero
ni un postre para tu antojo,
ya me cansé de ser la marioneta que se mueve, aun estando quieta.

 

Sueño:

 

Me acerqué al bosque mas lejano,
en tierra de nadie.
La hierba húmeda
hacía que en mi cuello brotase una gota de sudor que recorría mi oído.

El aire choca entre mi pecho apagando el calor que siento. No sé muy bien lo que busco. Hacer que un sueño

se convierta en realidad no siempre funciona
¿O sí?
Después desperté... Preferiría seguir soñando, aunque sea despierto.

 

La Risa:

 

La risa me da risa,
viene y se aprovecha de mí. Cuando no soy consciente de que soy feliz
se presenta sin anunciarse
y se resbala dentro.
Un firmamento de ilusiones se pone en marcha
y me ataca.
Y una leve sonrisa surge entre mis labios.
Pero qué mala es la risa... Me obliga a tomar aire, soltarlo en cascadas
en Mi mayor
llenando toda la sala
y me pone horrible.
Me da risa la risa...
-¿Qué haces aquí?- Le digo. -“Fuiste tú quien me llamó desde el grito de tu silencio”.

 

 

Casi feliz:

 

Éxitos,
trabajo con honra
entre aplausos y bravos
a la gente emocionas.
Te juegas la vida
tragando polvo de la tierra amarilla. Paseos por el ruedo
con dos orejas y rabo,
primero en la lista
cuantía de dinero,

66 llenar la plaza ese es tu deseo.

A hombros
por la puerta grande con la sangre del toro en tu silueta,
te giras, te embolas, como una veleta.
Mil veces gallardo
y Rey del capote.

 

En tu trono no hay quien te toque. Pero entonces
¿Por qué te escondes?
¿Por qué te inquietas?

Por la tímida ventana
tu mirada me pide ayuda
con un susurro
en las comisuras.
Ojos de niño
en un hombre enmascarado en miles de capas.
Hundes tu espada de mármol estallando en balines de plata. Buscas consuelo
y después, la boca te tapas.
Y me pregunto yo...
¿Qué puedo hacer por ti
para que seas casi feliz.

 

 

Cuando sea viejo:

 

Cuando sea viejo seré como el pez, transparente.

Podrás ver la luz de mi alma, y por corazón
un libro abierto con páginas en blanco.
La ceniza de mi cabello reflejará el alumbramiento de miles de palabras.

 

Por mis venas recorrerán la savia de los árboles
donde me subía de chico y sus sombras cuando fui grande.
La astilla de mi ego se habrá desvanecido.
Si alguna vez fui bello, lo verías en el escenario
de mis ojos cómplices, en el telón de mi cuerpo quijotesco
que aguantó el peso del desamor.

El baúl de mi cabeza, en el que apiñadas e infinitas músicas encontrarás

la felicidad de muchos y la envidia de pocos.


En la geografía de mis manos gastadas
hallarás un mapa de prosa.
Mi voz vieja guardará una pizca de armonía de lo que fue
o de lo que podría haber sido.
Abrazaré al infinito y a todo el que quiera con fuerza,
aunque ya me haya ido, con este amor atrapado en poesía...

 

 

 C A R T A   A   M E L I S E N D R A:

Relato corto

 

Te escribo ahora y no me queda mucho tiempo. Aunque siempre te pienso, siento como fue nuestra despedida. Me temo que nunca llegará esta carta a su destino, por que tampoco sé dónde estás o cómo hacértela llegar.

Te echo tanto de menos...

Cómo me faltan tus suspiros de terciopelo al lado de mis oídos. Tus susurros en mi cuello y tu saliva en mi boca.
Me acuerdo de aquella tarde cuando nos conocimos, en aquel café de esa plaza pequeña, no había nadie más, eso hacía que ensalzara tu belleza embaucadora, mirada sabrosa, labios prominentes y entre abiertos que parecían decir: -¡Cómeme!...

Una música sutil no muy lejana, penetraba en mis sen- tidos y me embriagaba. Me hizo estar hechizada, per- diendo el miedo y acercarme a ti. También ayudaba la suave brisa que del puerto llegaba, entornando mi pelo ligeramente en el cuello. Ya no tenía excusa, me dejé llevar por la pasión que sentía en ese momento, era como si te conociera de toda la vida. Era la primera vez que sentía algo por una mujer.

 

De mirarte tanto me preguntaste si te conocía.
Mi aliento pausado y la temperatura de mi cuerpo, subió de repente.

– Quizás en esta vida no – te contesté.

Pero no quisiera perder, lo que probablemente podría
ser la única oportunidad de poder hacerlo ahora.
Tú ibas por delante de mí, sabías lo que pensaba, mis preguntas y mis respuestas. Terreno ganado que yo apenas virgen en ese trayecto, vedado casi cuarenta 69 años, a veces me hacía vacilar.

Me enseñaste a querer de otra forma diferente. Me hi- ciste distinta y válida. Salir de aquella crisálida y poder darme forma a mi antojo.
Tú mi amada Melisendra, que no te callabas por nada. Hacías caso omiso a ciertos compromisos, me hiciste perder el miedo y estar más segura.

La primera vez que mi mano inquieta se posó como un tímido pájaro en tu seno, me tembló hasta el alma. Quisiste hacerme cómplice de tu cuerpo con tus cari- cias, me diste a comer de tu ambrosía y tu esencia se hizo mía.

 

 

 

Aún en sueños te hago mía y te siento como si estu- vieras a mi lado. Rozándonos inconscientes entre lava incandescente. Gotas de cariño en la selva que lleva- mos dentro, que armoniza a la vez con la llama de una vela, de las olas del mar y después de la tormenta, rompiéndose delicadamente entre nuestras piernas.

El haberme sentido, distinta y única, no me hizo ser in- diferente, por lo que me enseñaste a vivir. Ahora casi no me queda vida, en esta tumba fría. Con un trozo de

70 lápiz casi gastado y apenas papel muerto, mancho con 71 estas líneas, todo el amor que por ti siento.

Yo misma te llevaré esta carta para decirte “Te quiero y me muero” sin tu despedida y con desaliento.
Te fuiste tan deprisa...
Te me robaron y no tengo a quién echar la culpa... Espero que llegues a mi encuentro allá arriba. Melisendra ¡Te quiero! ¡Te añoro!...

 

 

Hasta muy pronto.

 

Tu Jimena.-

 

 

 

LA PACIENCIA IMPACIENTE:

 

Estaba yo escribiendo algún relato inspirado por las circunstancias que se han cruzado en la vida, cuando se me echa encima mi amiga “Paciencia”. Despechada me pregunta, ¿¡qué va a ser de ella!? Cuando ésta se impacienta hay que vaciar la papelera de la cabeza, cuando el reloj de casa se para y con él el tiempo se

72 expande, no existe, y esto hace parecer que tú seas invisible.

Ves pasar las horas y esta señorita te mete pri- sa, sin pausa.
-¡Se me está acabando la paciencia!- Me dice. -¿Qué puedo hacer yo?- Respondo.

-Nada, porque no haces nada- Contesta. -Tranquila tienes que ser paciente (nunca había pensado en decirle esto a mi misma paciencia).

 

Junto a mí, tengo a otra compañera: “Esperan- za”, entre las dos me están volviendo loco, tengo a la Esperanza pero no a la paciencia conmigo. “Espe”(Le llamo así porque somos ya íntimos) me da pues eso, lo que lleva por nombre.

Anima y persevera contra su compañera que últi-
mamente está muy pesada.
La chica de color verde es todo lo contrario a mi 73 otra incauta amiga. Ésta es discreta y callada,
hablo mucho con “Espe” aunque ella hable po-
quito pero siempre va conmigo.
-No sé que hacer con esta pesada, es ella la que
tendría que ser paciente y sin embargo soy yo
quien tiene que tener paciencia con ella.
Mi amiga de verde me dice: “Tienes que tener
Esperanza” Y seguí escribiendo.

 

EZEQUIÉL, SU ABUELA Y LA MAESTRA:

 

Recién salido de casa y acompañado de mi fiel amigo Titi, ya cogido entre mis brazos porque su artrosis no le deja apenas andar, a un cierto punto de una de las calle- juelas de San Martín iba un niño agarrado de la mano de su madre, llorando desconsolado porque se habían metido con él en el colegio.

-Mamá un niño en la escuela me ha llamado”Mariquita” -¿Yo soy Mariquita mamá?
Justo pasaba yo al lado y sin pensarlo le dije:

74 -Niño, tú eres casi perfecto...

El niño con los ojitos como dos Lunas, se quedó sin pa- labras cuando un señor con perro vestido de camuflaje (el perro) se dirigió a él contestando a su pregunta, la madre me sonrió haciéndose cómplice. Seguí mi cami- no.

Allá por el 77 época de carnaval, Ezequiel contaba con la edad de 7 años, la maestra había pedido dibujar de lo que les gustaría disfrazarse para la fiesta del colegio, decidió de Cowboy, cuando acabó la tarea le entregó el trabajo a la maestra, típica “Señorita” de falda de tabla

 

marrón oscuro, camisa de satén blanca y rebequita de punto azul, gafas que reposaban en la mitad de la nariz, de tal forma que podía leer y tener a los niños a la vez en absoluto control. Cuando vio el trabajo, sin venir a cuenta y delante de toda la clase se refirió a Ezequiel con estas palabras:

-¿Tú del Oeste?
-Lo que a ti te gustaría es que te vistieran con una fald- ita.

El niño no entendía nada de el por qué de ese comen- tario, toda la clase y como un coro se echaron a reír, el muchacho continuó sin saber lo que la maestra pre- tendía.

Se puso rojo y con un nudo en la garganta salió corrien- do escapándose de la clase.

Cerca de la escuela vivía su abuela, la tía “Solana”. Seño- ra coja, viuda, una mujer de armas tomar y conocida en todo el pueblo por su fuerte carácter, verborrea y prosopopeya, siempre vestida de negro con su pañuelo del mismo color colocado en la cabeza.

 

La señora estaba en la calle vareando un colchón, cosa típica de antaño en los pueblos, Ezequiel le contó lo sucedido entre sollozos sin apenas poder hablar:

-¿Cómo?

Con las mismas la abuela, con su cojera perenne, con la barbilla por delante donde dejaba sobresalir apenas los dos dientes que le quedaban y sin soltar la vara, fue hacia el colegio, abriendo la puerta de la clase y como si del salvaje Oeste se tratase, se puso enfrente de la maestra, vara en mano y sin soltarla, la abuela cogió a la maestra de la rebequita de punto azul y le dió dos hostias de vuelta y vuelta, sin más.

-Mi niño se vestirá de lo que quiera- Sentenció.

Con las mismas se largó con la vara a continuar su tarea. La maestra estaba tiesa, clavada por las raíces de las uñas de su pies. Nadie dio crédito, la pizarra se borro por los esputos de la abuela, una niña se hizo pis y Eze- quiel no podía sostener las risas de niño gangoso (Lo de gangoso lo contaré más adelante).

 

El hacer daño a un niño que no conoce el sentido de la maldad, de lo que se es o no, y el por qué de ese ataque nunca Ezequiel lo entenderá, hoy en día aún le pasa.

Pasaron muchos años y Ezequiel se convirtió en asiduo artista reconocido. Un día actuando, la maestra ya re- tirada vino a ver su función, pasó al camerino y felicitó al artista. Él ahora guarda esa anécdota en su corazón.

Los errores se cometen y si se quieren se rectifican. La maestra murió al poco tiempo. Supongo que ir a visitar  a Ezequiel fue la forma de pedir perdón después de 
años.

Descanse en paz y Dios bendiga a los niños y niñas Mariquitas.-

 

 

 

“Me voy a un largo viaje.
No cerraré las puertas de mi casa, tampoco echaré la llave.
No importa que entren a robar,
puesto que lo que tengo de más valor
lo llevo conmigo.
Se acabó el arresto, ya nada me perturba, y es que antes de empezar a caminar,
ya estaba aprendiendo a caer”

 

 

Aprendiz de poeta

José Julián Frontal Martos

 

Está prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, sin autorización previa del autor.

 

 

© 2012 José Julián Frontal Martos http://aprendizdepoetaes.blogspot.com.es/ 1a Edición.
ISBN:978-84-616-2035-7
DL: M-40108-2012
Impreso en España.

 

Podrás bajar el libro para tu ordenador iBook, etc, en pdf con fotos y gráficos de primera calidad. Forma de pago paypal (Próximamente).-

 

A P R E N D I Z  D E  P O E T A

Un poemario de José Julián Frontal Martos.-

PayPal ButtonPayPal Button
bottom of page